ANGLICISMOS

SUNDAE

Los helados existen desde los tiempos del Imperio Romano, época en que enterraban la nieve de los Alpes suizos para hacer cámaras de congelamiento. La idea fue siempre la misma: un jugo de frutas o escencia batida con agua, leche o crema, un poco de azúcar y al congelador.

Un día -a finales del siglo XIX-, un anónimo llegó a la heladería de un tal E. C. Berners, en la ciudad de Two Rivers, Wisconsin, EE.UU. y le pidió al dueño que encima de su cono de vainilla vierta un poco de almíbar de chocolate. Berners no sólamente atendió este pedido sino que le encantó la idea y aumentó el precio de este nuevo "helado de vainilla con almíbar de chocolate".

Cuando un tal George Giffy abrió su heladería en la vecina ciudad de Manitowoc algunos años después, éste -que conocía el helado especial de Berners- lo lanzó en su heladería también, pero más aderezado y delicioso, con almendras, cerezas, etc. Como se demoraba mucho en prepararlo y la heladería tenía bastante movimiento durante la semana, Giffy decidió ofrecer este helado especial sólo los domingos y así, además de aumentar las ventas, obtenía nueva clientela para cada fin de semana.

Entonces, ya con el éxito en las manos, vió que era necesario darle un nombre a su helado especial y lo llamó SUNDAY (por ser preparado y vendido los domingos). Después, para llamar más la atención, le cambió la última letra, bautizándolo finalmente como SUNDAE. Había sido lanzado un nuevo producto de enorme futuro comercial y al mismo tiempo, se había creado un nuevo vocablo.

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